Santa Rita de Cascia nació en Roccaporena, Italia, el 22 de mayo de 1381, en una humilde familia campesina. Desde joven, mostró un profundo amor por Dios y deseaba ingresar al convento. Sin embargo, sus padres, Antonio Mancini y Amata Ferri, arreglaron su matrimonio con Paolo Mancini, un hombre violento, para garantizar su protección.

Matrimonio y Vida Familiar

A pesar de las dificultades, Rita logró convertir a Paolo con su bondad y paciencia, transformándolo en un hombre de paz. Tuvieron dos hijos, Giacomo y Paolo, pero en 1406, Paolo fue asesinado por conflictos políticos de la época. Después de la muerte de su esposo, Rita enfrentó otro gran dolor: sus hijos querían vengar la muerte de su padre, pero ella rezó para que Dios interviniera y, antes de que cometieran el acto de venganza, ambos murieron de causas naturales.

Llamada a la Vida Religiosa

Devastada por las pérdidas, Rita intentó ingresar al convento agustino de Santa María Magdalena en Cascia, pero fue rechazada varias veces. Finalmente, en 1413, fue aceptada después de un milagroso evento en el que se le concedió acceso a pesar de las barreras sociales. Pasó los siguientes 40 años de su vida en oración, penitencia y servicio, destacando por su devoción y misticismo.

Milagros y Canonización

Uno de los momentos más notables de su vida fue en 1442, cuando recibió los estigmas en su frente, como una señal de su unión con el sufrimiento de Cristo. Después de su muerte en 1457, se atribuyeron muchos milagros a su intercesión, lo que llevó a su beatificación en 1626 y su canonización el 24 de mayo de 1900 por el Papa León XIII.

Santa Rita es conocida como la "Santa de los Imposibles" por los numerosos milagros atribuidos a ella y su capacidad de encontrar paz en las situaciones más difíciles.

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